
PREPARACION DE LA HOGUERA
Una vez que tenemos seleccionado el lugar propicio para encender un fuego, preparada la yesca para su iniciación y acumulado el combustible, tanto el activador como el de mantenimiento; es el momento de aplicar la técnica seleccionada de encendido.
Para asegurarnos que todo el esfuerzo no ha sido en vano y la yesca encendida se consume sin encender la fogata, debemos realizar esa maniobra de encendido de una manera adecuada.
En primer lugar debemos construir una especie de nido para la yesca. A su alrededor, a modo de un mini refugio, construimos, con madera verde, una pequeña estructura alrededor del nido.
Estructura muy cercana al nido de yesca para dos finalidades. Una que la llama de la yesca alcance y prenda al combustible de activación; y por otra garantizar el flujo suficiente de aire que la llama necesita para mantenerse viva. Y se usa madera verde, el sauce es muy adecuado, pues no arde con facilidad y aguanta bien el fuego.

Sobre esa estructura y por encima del combustible activador se sitúa ya el material de mantenimiento y que va a constituir el verdadero fuego.
En resumen, prendida la yesca se va añadiendo material inflamable pequeño, astillas, piñas, cardos…; y a medida que va cogiendo fuerza se añade dl combustible de mayor tamaño.
Si hace mucho viento, o si llueve o nieva, o si se prevé que algo de ello pueda suceder, Se puede construir con madera blanda y verde otro tipo de estructuras para cubrir el fuego.

Una vez consolidada la hoguera se debe ir añadiendo el combustible de manera que permita que circule el aire desde abajo hacia arriba amontonando la leña de una manera estructural.
Si queremos que una hoguera dure toda la noche o al menos queden brasas a la mañana siguiente para reiniciar la fogata, el método más sencillo es mesclar la leña seca con leña verde ya que estas última conlleva un proceso mucho más lento en su combustión.
Si las brasas son de gran tamaño se puede intentar mantener el fuego encendido por la noche por el llamado método del pirata, que consiste en cubrir las brasas con algún objeto no infumable, como una olla o cazuela, para reducir el oxígeno y ralentizar la combustión.
