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PLANTA ANTIMOSQUITOS

        Durante la segunda guerra mundial un grupo de prisioneros polacos habían escapado de un campo de prisioneros y huían hacia el sur a través de bosques y siguiendo el cauce de los ríos.

        Fue un viaje largo y lleno de calamidades entre las que se incluía, junto al clima, el hambre, la sed y las heridas, el permanente asedio de moscas y mosquitos.

        Un día, llegando a una pequeña y remota población donde esperaban poder encontrar  o apropiarse de algo de alimento, se tropezaron con un grupo de aldeanos que pescaban en la orilla del río. Y fue una niña de ocho años la que se dio cuenta de un suceso extraño; ni los aldeanos ni los peces que habían capturado y yacían sobre la hierba estaban afectados por insecto volador alguno.

        Maravillado, el jefe del grupo de evadidos salió de entre la maleza y, a pesar del riesgo de ser capturado o delatado, se acercó a los aldeanos rodeado de su séquito de mosquitos.

        Al llegar hasta ellos se obró el milagro: los insectos se alejaron. Los aldeanos se apiadaron de aquellos huidos y les dieron comida y refugio para que descansaran antes de seguir su camino. Pero también les dieron algo que les cambió la vida. Eran una especie de pulseras y collares elaborados con hojas secas y entre lazadas de una planta que brotaba en primavera y que por entonces no pudieron mostrar.

        Y aquellas plantas desprendían un tenue y agradable aroma a prado que ahuyentaba y mantenía lejos a los moscas y a los mosquitos.

        Años después, uno de aquellos hombres fugados, ya residente en Estados Unidos, quiso investigar aquel suceso y encontrar la planta.

        Y en su investigación llegó hasta la historia de los nativos americanos, el mal llamado indio, y a su prodigiosa planta, la hierba de búfalo, que usaban para mantener alejados a los insectos de sus cuerpos y de los alimentos.

       

            Hierba de búfalo. Hierba de la pradera…

             Hierochloe odorata.

        Con esas pistas ya fue fácil localizar a una gramínea similar a la avena, silvestre y abundante en el hemisferio norte, que tras largos años de investigación, el último de más de cuatro años y publicado por National Geographif, comprueba su TOTAL EFICACIA.

        Se trata de la planta  denominada hierochloe odorata, que no sólo se puede adquirir en tiendas o por internet, sino que abunda en Europa en prados, bosques, vegas y parques y jardines de las ciudades. En realidad es considerada como una mala hierba. Pero ahora sabemos su secreto.

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