
FUEGO PARA CALENTAR
El frío o la ropa mojada son dos de los grandes inconvenientes con que nos podemos encontrar en la supervivencia.
Para calentarse se recomienda no hacer un gran fuego. Si no tenemos un refugio buscamos una piedra o tronco de árbol que nos permita sentarnos de espaldas al viento. Con la ropa desabrochada, descalzos y, si tenemos una prenda de abrigo, nos la ponemos sobre la cabeza y los hombros.

Encendemos una pequeña hoguera entre los pies, (es importante recordar el tener combustible para no tener que levantarnos cada vez a por más madera), y de esa manera el aire caliente que tiende a elevarse circulará entre la ropa y la piel dándonos ese calor que necesitamos.
Otro método para calentarnos y que permite que podamos dormir al calor, se trata de buscar, como en el anterior, una roca o tronco que nos proteja del viento.
A poca distancia de donde vamos a dormir construimos con madera verde un muro refractor, también se podría hacer con piedras aunque es más laborioso, que dirija el calor hacia nuestra posición.

En el interior de un refugio tampoco hace falta una gran hoguera y se han de tener en cuenta tres circunstancias muy importantes:
1.- El fuego consume oxígeno. Por ello debemos disponer de algún tipo de apertura que permita la ventilación.
2.- El fuego provoca humo. En la parte alta del refugio debe haber una apertura para la ventilación.
3.- El refugio suele estar construido de material que arde fácilmente, por lo que hay que extremar las precauciones que impidan de se propague el fuego.
El sistema de fuego más usado para estos casos es el llamado fuego polinesio. En un lugar del refugio que no se vaya a utilizar para descansar o guardar el material , normalmente en el centro, se excava un hueco de unos 35t centímetros de lado por otros 35 de profundidad. El suelo de ese agujero, al igual que las paredes, se recubre con piedras. En su interior encendemos el fuego. Cuando sólo quedan las brasas recubrimos el fuego y el hueco con piedras del tamaño de un puño.

La lenta combustión mantendrá las piedras calientes y ellas al aire de dentro del refugio.
Si sobre las brasas en vez de piedras colocamos un recipiente metálico, como en el dibujo, nos sirve además de calentar para cocinar, derretir nieve o potabilizar agua.
Si disponemos de una lata de tamaño medio, colocando en su interior un fondo de piedras y sobre ellas las brasas, y le colocamos la tapadera con algunos agujeros en la misma y en su base, creamos una buena estufa y, así mismo, una eficaz cocina.
