
FUEGO PARA COCINAR
Cualquiera de los anteriores fuegos descritos sirve para cocinar. En general es preferible un fuego pequeño, que permita controlar la cocción de los alimentos; o hacerlo sobre las brasas.
No obstante a ello existen diversas formas de fogata que facilitan la tarea de cocinar los alimentos.
FUEGO DE ESTRELLA. Se colocan varios troncos gruesos y secos formando una estrella, separados del suelo por ramas. El centro donde los troncos se tocan, se eleva aún más poniendo debajo algunas piedras.

En el centro se enciende el fuego y se va alimentando con madera menuda, controlando de ese modo la intensidad de la llama y la temperatura.
FUEGO EN EL FOSO
En situaciones de mucho viento o que se pretenda ocultar la luz que desprenden las llamas, podemos excavar un agujero en el terreno de forma cónica, con la parte estrecha abajo. Se rodean los lados del cono con madera seca y gruesa y en medio, se hace una fogata con leña menuda.


Se trata de escavar en el suelo una pequeña zanja alargada, dejando uno de sus extremos abierto para que entre el aire y en el opuesto se hace un fuego de madera menuda.

En la superficie, sobre el lugar donde hemos encendido el fuego, se colocan ramas de madera verde y dura para colocar sobre ellas el recipiente en el que cocinamos. Hay que estar pendiente del estado de esa madera verde pues aunque tarda bastante, acaba por quemarse y partirse. Así que conviene ir reponiéndolas.
FUEGO DEL CAZADOR.
En realidad no se trata más que una hoguera pequeña, superficial sobre el terreno, y lo que las diferencias de las demás es que se construye, con piedras o madera verde dura, estructuras para sostener o colgar los alimentos o recipientes sobre la hoguera.
Mostramos algunas sugerencias pero cada uno, en cada lugar y según los materiales disponibles, puede crear su propio fuego del cazador.

FUEGO CON REFLECTOR.
Para proteger del viento, o para aumentar la temperatura y aprovechar mejor el calor, junto a la hoguera podemos construir con piedras, madera verde o aprovechando troncos o desniveles naturales, un muro protector que refleje el calor que el fuego irradia. Una vez más, mejor unos ejemplos que largas descripciones.

