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HERIDAS

                IX. HERIDAS

1. DEFINICIÓN

        Discontinuidad de la piel. Al romperse la misma, su capacidad protectora disminuye y se incrementa el riesgo de infección.

 2. TIPOS DE HERIDAS

        Atendiendo al mecanismo u objeto que las produce, se pueden clasificar del siguiente modo:

                 a) Heridas Incisas: los objetos que las producen tienen filo.

                          Bordes regulares limpios.

                          Sangran mucho.

                          Poco profundas.

                        Se infectan poco.

                b) Heridas Punzantes: causadas por objetos con punta.

                  Son pequeñas y profundas.

                  Sangran poco.

                  Se infectan mucho.

            c) Heridas Contusas: producidas por golpes de objetos que no tienen ni punta ni filo (puñetazo, martillazo…).

                  De bordes y sangrado irregular.

                  Se suelen infectar y complicar

 3. SÍNTOMAS

        Dolor: sobre todo en las sufridas en cara y manos.

       Hemorragia: arterial, venosa o capilar por destrucción de los vasos sanguíneos.

         Separación de los bordes de la piel afectada.

4. FACTORES DE GRAVEDAD

        ♦ Extensión: a mayor extensión, mayor gravedad.

         ♦ Profundidad: más graves cuanto más profundas sean.

         ♦ Localización: las más graves suelen ser las localizadas en manos, orificios naturales, tórax, abdomen y articulaciones.

         ♦ Suciedad: la presencia de cuerpos extraños y suciedad hacen más graves las heridas.

5. ACTUACIÓN

        Preparar gasas, antiséptico, tiritas, guantes, desinfectar pinzas y tijeras (limpiándolas con una gasa empapada en alcohol y luego secándola con otra estéril), etc., todo sobre una superficie limpia.

        Lavado de manos con agua y jabón.

        Ponerse guantes desechables.

 

        Descubrir la herida: recortar pelo, cabello, etc.

         Lavarla con abundante agua y jabón o con un antiséptico.

         Limpiarla con gasas estériles desde el centro hacia la periferia.

 

 

        Si se observan cuerpos extraños sueltos (tierra, piedrecillas, etc.), retirarlos realizando un lavado a chorro con suero fisiológico para arrastrarlos y/o con la ayuda de gasas estériles o pinzas.     Si están incrustados no retirarlos.

         Secar la herida adecuadamente con unas gasas desde el centro de la misma hacia la periferia.

         Aplicar un antiséptico tipo povidona yodada.

         Cubrir la herida con un apósito estéril: usar las pinzas y nunca aplicar la gasa sobre la herida por la cara con la que se contacta para sujetarla.

         Fijar el apósito con esparadrapo o vendas.

        Si el apósito se empapa de sangre, colocar otro encima sin retirar el primero. Ante cualquier herida que no sea eminentemente superficial, tras limpiarla y cubrirla con un apósito estéril, se debe trasladar al herido a un centro asistencial: podría requerirse sutura.

        Siempre al finalizar, tras quitarse los guantes, es imprescindible lavarse las manos.

 

En caso de Heridas NO se debe:

         Manipularlas, a no ser que sean superficiales.

         Limpiarlas con algodón, pañuelos o servilletas de papel: desprenden hebras y pelusa que pueden provocar infecciones. 

        Utilizar alcohol o lejía: queman la zona de la herida.

         Emplear pomadas o polvos con antibióticos: pueden dar lugar a alergias.

         Utilizar antisépticos colorantes: violeta de genciana, mercurocromo. 

        Extraer cuerpos extraños enclavados, cualquiera que sea su localización.          Manipularlas con las manos sucias o ponerla en contacto con objetos (trapos, vendas, etc.) en un estado higiénico inadecuado.

 

                6. HERIDAS ESPECIALES

        Consideraremos como tales las amputaciones traumáticas, las heridas perforantes en el tórax y las heridas perforantes en el abdomen. Todas ellas son heridas muy graves, por lo que el traslado al hospital, tras las actuaciones que a continuación se especifican, es urgente.

        En todas ellas es imprescindible:

                  Llevar a cabo la Evaluación Primaria y actuar en consecuencia.

                Evaluación secundaria.      

                  Tener presente que no se deben extraer cuerpos extraños enclavados.

                Cubrir la zona con material estéril o lo más limpio posible, húmedo y de mayor tamaño que la herida.

                Trasladar al accidentado al hospital de forma urgente, controlando signos vitales (consciencia, respiración, circulación, etc.).

 

6.1. Amputaciones Traumáticas Implican importante pérdida de sangre

         Actuación:

                Cohibir la hemorragia (presión directa, elevación del miembro, compresión de la arteria correspondiente, e incluso torniquete si estimamos que existe riesgo de muerte).

                 Ver capítulo X Hemorragias. Controlar constantes vitales. Respecto al miembro amputado, es necesario lavarlo con suero fisiológico, cubrirlo con gasas estériles humedecidas con el suero, introducirlo en una bolsa de plástico y cerrarla, y finalmente introducir dicha bolsa en otra que tenga hielo y un poco de agua.

                Trasladar lo antes posible al herido y el miembro amputado, conjuntamente a ser posible, a un centro hospitalario

 

6.2. Heridas perforantes del Tórax

         Estas heridas pueden poner en peligro la vida del paciente si llega a romperse la pleura y entrar aire en el interior del tórax, lo que impide la respiración.

         Síntomas:  Dolor intenso en la herida que aumenta al respirar. Dificultad respiratoria acusada: el herido siente que se ahoga. Parece que el paciente “respira” por la herida: salida de sangre mezclada con aire, espumosa. Se oye una especie de silbido en la herida. Salida de sangre por la boca con golpes de tos.

         Actuación:  “Taponamiento parcial oclusivo”. Tapar la herida con una gasa. Colocar encima un trozo de plástico o papel de aluminio (que actúa como apósito impermeable) y fijarlo con esparadrapo, celofán, etc. por todos los extremos menos por uno. Este pequeño hueco hará de válvula que permita la salida del aire que entró e impidiendo nuevas entradas de aire. Aflojar las ropas que opriman. Vigilar las constantes vitales. Si hay un cuerpo extraño enclavado: NO extraerlo. Colocar al herido en posición semi-sentado para facilitar su respiración.

 

6.2. Heridas perforantes del Abdomen

 Estas heridas pueden provocar shock por hemorragias importantes externas e internas, perforación del tubo digestivo y salida de asas intestinales al exterior.

         Actuación: Cubrir la herida y cohibir la hemorragia con apósitos. Si hay salida de intestinos, cubrir con gasas o paño humedecido sin presionar ni manipular: no se debe NUNCA intentar reintroducirlos. JAMÁS extraer cuerpos enclavados. NO dar de comer, beber o suministrar medicamentos al accidentado. Colocarlo tumbado boca arriba con las piernas flexionadas.

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